Desde hace años se está claramente imponiendo el uso de calderas de gas junto con radiadores de agua como sistema de calefacción en los hogares de todo el mundo industrializado, y es que sus ventajas frente a otros tipos de combustibles son innegables.
Funcionamiento de las calderas de gas
El fundamento de las calderas de gas se basa en la combustión de gas para calentar el agua que circula por el sistema cerrado de radiadores. El control de la temperatura se realiza mediante un termostato -por ley todas las nuevas construcciones deben disponer de al menos uno- que permite regular la temperatura a gusto del consumidor (si queréis conocer algunos trucos sobre como regular la calefacción de una vivienda podéis ver este artículo).
Calefacción: tipos de combustible
Las principales ventajas de las calderas de gas derivan del tipo de combustible que utilizan:
Gas natural. Es el tipo de combustible más limpio ya que apenas contamina ya que la su combustión apenas deja residuos. Por otro lado, las principales ciudades disponen de sistemas de suministro por lo que no hay que preocuparse de almacenarlo, siendo su coste relativamente económico.
Gas propano. Su principal inconveniente es que es necesario almacenarlo en tanques o bombonas. Su precio es algo más económico que el del gas natural y tiene mayor potencia calorífica. Es el más utilizado en zonas a las que no llega el gas natural.
Gasóleo C. Su ventaja es el precio ya que es el combustible más económico, pero sus inconvenientes son notables ya que es muy contaminante, no puede utilizarse para ninguno de los tipos de cocina existentes y es necesario disponer de salida para los gases resultantes de la combustión, así como un depósito para el almacenamiento del gasóleo.
Pellets. El combustible es madera. La propia caldera inicia el encendido y dosifica el combustible. Su principal inconveniente es que son voluminosas, requieren salida al exterior y generan cenizas debido a la combustión de la maderas. Requieren también que se realice un mantenimiento mensual del quemador, aunque lo puede hacer el propio usuario.
Ventajas de las calderas de gas
Apartes de las ventajas derivadas del tipo de combustible, existen otras ventajas que también son dignas de mencionar. Para informarnos sobre dichas ventajas hemos acudido a los profesionales de calderas en Madrid, los cuales nos han destacado las siguientes:
Ahorro al comprar. El precio de una caldera de gas es más económico que el de otro tipo de calderas.
Duración y mantenimiento económico. Las calderas de gas tienen una vida útil prolongada y, por lo general, mayor que el de otro tipo de calderas. El mantenimiento es bastante económico ya que existe mucha competencia entre los profesionales del sector.
Regulación del consumo. El consumo se puede regular individualmente en cada vivienda gracias al empleo del termostato que permite regular la temperatura según nos encontremos o no en casa.
Comodidad de uso y confort. Resulta muy sencillo controlar la temperatura a través del termostato. Por otro lado, el gas es un combustible que calienta bastante rápido y muy seguro si se cumple con las revisiones periódicas exigidas por ley.
Inconvenientes de una caldera de gas
Revisiones periódicas. Como con la seguridad no hay que jugar, por ley estamos obligados a revisar nuestra caldera de gas de forma periódica por profesionales instaladores. Desde la empresa suministradora se encargan de que cumplamos con este requisito exigiéndonos el correspondiente certificado.
Por otro lado, los quemadores hay que limpiarlos cada año y el sistema de radiadores debe purgarse ya que es posible que entre aire en el mismo evitando que éstos se calienten.
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