Desde finales de 2013, los fabricantes de electrodomésticos están obligados a que los hornos microondas que lancen al mercado no puedan superar determinadas temperaturas en las zonas que son accesibles. Estas temperaturas máximas varían dependiendo del material de que estemos hablando. Así, por ejemplo, en el caso del plástico la temperatura máxima es de 90 grados centígrados, para el vidrio es de 85ºC, para el metal recubierto de 75ºC y para el metal puro y duro de 70ºC.
Como todo el mundo puede comprender fácilmente, el objetivo de establecer estos límites máximos es evitar que los usuarios de microondas se puedan quemar. No obstante, aunque dichos límites son aceptables y consiguen este objetivo, en nuestra opinión la nueva normativa no parece suficiente. A continuación os explicamos por qué.
La cuestión es que los fabricantes disponen de un margen, que también depende del material y que oscila entre los 45ºC y los 65ºC, para superar las temperaturas antes mencionadas. Y para poder acogerse a ese margen lo único que necesitan es indicarlo mediante un adhesivo.
En nuestra opinión, no es admisible que este permitido sacar al mercado microondas que lleguen a calentarse a temperaturas por encima de los cien grados centígrados con el único requisito de que lleven una pegatina, pegatina que por cualquier causa podría llegarse a desprender o que podríamos no llegar a leer nunca. Más aun si tenemos en cuenta que tecnológicamente cualquier fabricante debe estar capacitado para cumplir con los límites establecidos por la norma sin ningún tipo de problemas.
Además, el riesgo es todavía más real y mayor si estamos hablando de niños, ya que los fabricantes solo están obligados a cumplir la norma, existiendo muchas posibilidades de que salgan al mercado muchos modelos de microondas que se calienten más de lo debido.
Por todo esto pensamos que nos encontramos ante una normativa muy light y que debería endurecerse.
Así que ya sabéis, si alguna vez tenéis que comprar un microondas, aseguraros de que no incorpora ninguna pegatina mencionando que en algunos casos la temperatura de determinadas partes del mismo pueden encontrarse por encima de los 100 grados centígrados. Temperaturas tan altas pueden producir quemaduras. Si un microondas no tiene dicha pegatina se entiende que dicho electrodoméstico cumple con la normativa, y las temperaturas máximas que esta dicta sí que son adecuadas, sin que exista riesgo de que nos quememos (salvo que seamos masoquistas y al sentir el calor no retiremos inmediatamente la mano o la parte del cuerpo en la que sintamos el calor).
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