Los proyectores domésticos actuales tienen la tecnología necesaria para generar imágenes hiper-realistas y de alta definición en la propia sala de tu hogar y a un precio mucho más accesible que lo que costaban años atrás.
También la tecnología de los proyectores domésticos se ha acercado amigablemente al público común y sin conocimientos técnicos, al punto en que hoy en día es cuestión de conectarles un reproductor de DVD, un dispositivo USB, una consola de videojuegos o un decodificador para tener la experiencia del cine en el propio hogar.
Ahora bien, todo lo simple que será instalar, utilizar y disfrutar una de estas maravillas, puede complicarse al momento de elegir un proyector doméstico, ya que existen numerosas variedades en el mercado y no siempre se cuenta con la información suficiente como para elegir. Trataremos entonces de marcar los ejes centrales para tomar una buena decisión.
Precio
El primer eje sobre el que se suele decidir al momento de la compra, admitámoslo, es el precio. Lógicamente se da la constante de a mayor calidad mayor precio, con todas las excepciones y hallazgos que en materia de tecnología se suelen encontrar y disfrutar. Convendrá entonces armarse de un presupuesto, ir a una tienda de proyectores con sabiendo el rango de euros que deseamos invertir, y analizar qué es lo mejor que podemos adquirir a cambio de esa inversión.
Luminosidad
Luego vendrán cuestiones más complicadas. Sobre todo cuando nos pregunten por la luminosidad. ¿700 lúmenes? ¿2000 lúmenes? ¿Me quedaré corto? ¿Mejor compro más? Pues bien, aquí se vuelve indispensable el asesoramiento.
El brillo es un componente indispensable en la posterior experiencia de usuario que podremos tener. Pero tampoco es necesario gastar de más si no lo necesitamos. En esta cuestión jugará un rol fundamental el ambiente en el que habremos de instalar el proyector. A mayor oscuridad, mejor calidad de imagen y no hará falta invertir en un proyector con tanto brillo (con 700 lúmenes alcanza). Pero si sabemos que no podremos oscurecer completamente el lugar quizás sí convenga invertir en un proyector de unos 2500 lúmenes o más.
Usabilidad
Ésta es otra cuestión a tener en cuenta, sobre todo si no te llevas del todo bien con la tecnología. En tal caso convendrá pedir asesoramiento para adquirir un proyector más sencillo, pero la recomendación especial es probar el menú de configuración en la propia tienda, antes de hacer la compra. No desearemos adquirir un proyector que luego nos será imposible de utilizar.
Y también en esta cuestión es fundamental consultar si el aparato viene con comando a distancia o control remoto, algo indispensable si es que tenemos pensado montar el proyector en el techo. De hecho, esta alternativa es la más recomendable: queda mucho más profesional, no molesta visualmente, no hay posibilidad de que personas se interpongan entre proyector y pantalla, y además prolonga la vida útil del proyector al permanecer a salvo de golpes, caídas, derrames, etc.
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